jueves, 31 de diciembre de 2009

Sembrando Cactus

sembrando cactus
Bajo el sol,
se amarra el pelo
y cava profundo
en su brazo
el alivio para aquellos dias
una bella pajarera,
un cuchillo y una rama
sembrando cactus
y su sombra no lleva a ninguna parte
los arcos se doblan y no emiten
ruido alguno
un eco interno
de un canto nocturno
sembrando cactus,
ha florecido uno
y la sangre rueda por el codo
la palma y los dedos
dejo la navaja a un lado
y no puede dejar de sonreir
proyecciones de infancia
en sitios mustios y desolados
sembrando cactus
la tierra se mancha de ella
la mente ya se le ha olvidado
sembrando cactus
y el dolor queda en la tierra.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Syd Barret



Hablar sobre Barret, es un problema de creatividad. Una leyenda oscura con pelo enmarañado, ojos negros, y un oscuro sentido de Peter Pan, trae a un geniecillo de la musica popular a un estatus que vas mas alla del icnoclasta y paradigamatico, si no que tambien satisface nuestro deseo de un héroe trágico. Nacido en Cambridge en 1946, regalón de familia, y futura cabeza inicial de Pink Floyd, padre de la psicodelia inglesa y bla bla... Su musica es una epifania intergaláctica, alimentada con hadas, raccontos de nuestra edad dorada infantil, y uno que otro toque de existencialismo. No es justo de hablar de la musica de Barret como triste, simplemente de real. Lo macabramente naif toma la creatividad por asalto y por primera vez se deslumbra un atisbo de vulnerabilidad y honestidad en un cantante pop.




Desde el principio, algo no andaba muy bien. Su peculiar sentido de composicion era demasiado naif, ya sea con Pink Floyd, a la cabeza de la reaccion natural ante grupos yankis (... a estas alturas de la musica popular SUPERgrupos) como Byrds, Doors, Buffalo Springfield, Love... otros un tanto mas freaks como Frank Zappa y sus Mother Of Invention, o La Velvet Underground, e incluso tambien a los peligrados en caer en obsoletos The Who, Rolling Stones, e incluso The Beatles... The Piper at the gates of dawn del ya mítico 1967, supuso el progreso y el uso obligado en la tendencia de la vanguardia y experimentacion de la musica... se grabo al lado de unos engreidamente acéfalos Beatles en abbey road (acefalia que aprovecharia Mcartney para tomar las riendas del Sgt Peppers) y desencadeno en la influencia directa o indirecta en el advenimiento del Who sell out, el Disraeli Gears y del vapuleado their satanics majesties...

Pink Floyd la hizo con Roger water, Nick Mason y Richard Wright, asi "Arnold Layne" o "See Emily Play" fueron el punto mas álgido de vanguardia pop, sin perder de vista a composiciones tan espectaculares como "Lucifer sam", sobre un gato siamés, "Interstellar Overdrive", nueve minutos de noise bailable (y hasta mosheable) y "Bike", obra cumbre de lo naif en la musica popular... como prestar una bici a una niña que le gusta, con un raton llamado Gerald y un cuarto de musica concreta... espectacular. Tan espectacular que no andaba bien.



Syd Barret, LSD, cayó en la locura, David Guilmour lo reemplazó en la banda, grabo dos discos en solitario... bla bla, Pink Floyd fue mutilado y nunca mas sanarian... Waters y su mania, Waters y su herida por Syd, su "Crazy diamond" en el "Whish you where here"...

«Una cosa que realmente permanece en mi memoria, que nunca olvidaré; sucedió en las sesiones de "Shine On". Llegué al estudio y ví a ese hombre sentado al fondo del estudio, estaba tan lejos como tu lo estás de mí. Y no lo reconocí. Dije '¿Quién es este fulano detrás tuyo?' 'Ese es Syd'. Y simplemente me vine abajo, no lo podía creer... Se había afeitado todo el pelo... Es decir, hasta las cejas, todo... Iba de arriba a abajo, haciendo ruido con los dientes, era horroroso. Y, eh, yo estaba, quiero decir, Roger estaba llorando, creo que yo también; los dos estábamos llorando. Fue muy chocante... siete años sin contacto, y llegar entonces, cuando nosotros estamos haciendo esa canción en particular. No sé, coincidencia, karma, destino, ¿quién sabe? Pero fue muy, muy, muy potente.» Richard Wright.

Syd se retiró. hay teorias que incluyen que nunca estuvo loco, simplemente huyo de la fama del peor modo. Sea como sea, vivio con su madre en Cambridge hasta el 2006, donde murió. Nunca más grabo algo, se dedicó a la jardinería, y a la pintura, quemando luego sus propios cuadros.

sábado, 5 de diciembre de 2009

En el Velorio de Vicor Jara


Nunca me había sentido tan libre en mi vida, tenía 18 años, y había entrado a la universidad. El universo de un pobre chico de suburbio se había expandido, y podía ver las posibilidades sobre mí. En un estadio casi vacío, y con las típicas alfombras verdes que cubren el pasto, jugaba y saltaba con unos amigos y amigas mientras sonaba "El Martillo" de Victor Jara y la USACH se pintaba de colores, colores para mí. Nunca había sido tan feliz. Ayer, hoy y mañana será el velorio y entierro del cantautor, después de su horrible muerte y los tristes años. Tenía que ir a verlo.

Por un tiempo veté a Victor de mis reproductores, por una razón bastante ridícula; al escuchar canciones como "Herminda de la Victoria", "Manifiesto", o "Te Recuerdo Amanda", encontraba una emoción, una fragilidad, un espíritu hermoso y tan grande, que me nublaba, me ponía la carne de gallina y me hacía querer en algo más importante. Era tener una revolución. Todas estas emociones se destruían al recordar su muerte y la manera en la que lo mataron, y me jodía el día, y me amargaba a mi mismo, terminaba hasta la hora de dormir con una sensación de impotencia y una lágrima en la garganta. Fué con esa sensación en que lo ví en el velorio. Estaba como borracho, mareado, el mundo me daba vueltas. No podia asimilar que dentro de un ataud estuviera un pedazo de historia, la voz de los sin voz y de la revolucion. No podia asimilarlo. Estaban los jotosos con sus camisas conchovino, Joan Jara, totalmente frágil, la gente no podía creerlo, que ese ser mitológico, ese ser de ternura, estaba ahí con nosotros. Ni yo tampoco. No se como salí, pero afuera había unos cantautores entonando las canciones de Victor. Una niña de 10 años salió y cantó "Luchín" y finalmente me quebré.