martes, 20 de abril de 2010

Anotaciones sobre el mercado de ceniza

Dos niños tapados de negro, visiones de Ángeles sobrepasados en direcciones curiosas con fósforos, se pasean en un carrito por un camino lleno de mermelada y sangre negrusca del último asaltante asesinado por el escuadrón de eliminación de perros vagos. El mercado de ceniza es el único sustento de la cuadra, cada negocio de barrio o leve impulso pequeño burgués, se ha desvanecido en una bella columna de espuma. La ceniza materia principal cuyo uso de mercancía, data incluso desde antes de la independencia, posee características de detergente, que crearon un auge inmesurado de su demanda, generando la tal llamada “fiebre de la ceniza” La gente comenzaba a quemar todas sus posesiones para obtener más de este recurso. Libros, discos, computadores, papel dinero e incluso sus primogénitos ardían en cada hoguera, en el ante jardín de cada casa (en los departamentos hacían una pira colectiva amenizada con ritos y bailes de carácter erótico y en una expresión catártica la gente sacaba sus cuchillos y competía con otra a punta de punzadas y cortes para los restos de la pira y la obtencion del preciado producto) La creación de los mercados tuvo una propagación exponencial en los suburbios de todo el país. Sin embargo un tipo de ceniza es la más poderosa con respecto a sus caracteres sociológicos; la ceniza del cigarro. El uso de esta ceniza aplicada sobre cualquier licor produce un sopor y la locura de quienes beben el líquido, implicando una libido desenfrenada (que generalmente termina en relaciones sobre las mesas y tacatacas de toda aula). O simplemente el daño cerebral a corto plazo y psicosis reiterativas. Asesinatos, violaciones, demencia y demás vejámenes eran característica típica de su uso, y que cuyo utilizacion expresa era por encargo del “ello” para aplicarla a la población de manera residual (envenenando el agua). Hoy su valor fluctúa en 40 onzas de oro el gramo, y en mercado negro existe la posibilidad de acceder a un crédito de ceniza, respaldado por el vendedor y su comprador, para que ambos gocen del producto y logren el efecto predeterminado de manera centrifuga.

martes, 13 de abril de 2010

Pesadilla 1

Tras la sombra, una luz amortece el lugar, huele rancio y la mano se dibuja en figuras azules, flamas de cobre caen, entristecen y se arrijan tras cada movimiento mecánico, al final del pasillo, yo, un hombre completo, sin piel, con los ojos de nervio y electricidad me encuentra con ello, dejé un rastro de sangre cuando me apoyé en el muro de la caverna, que también vale decirlo, es un gigantesco intestino con arena, polvo de mil mosaicos rotos, y sus vellosidades crecían como pequeñas bocas marinas. El ello encuentra y me borra los huesos de un solo chillido. Echo sangre por la boca y la canción se nubla en un brillo. Podría ser peor.
No se donde estoy, pero el hombre de corbata me persigue, el cemento sucio lleno de colillas y papeles de luces se abre y me deja en una concavidad con paraguas y esqueletos de bicicletas, el ello no me pillará. El ello usa corbata y posee un buen traje, fumó un cigarrillo, se sentó en posición de loto, y echó burbujas cuando abrió la boca. El ello liquida sus enemigos con chillidos y posee tentáculos extensibles a cada parte de la sociedad (usa esta característico para desollar previamente a sus presas, y por medio de un chillido le toma sus huesos, los vomita en una especie de tempera azul y se disuelven en vibraciones moleculares como efecto Doppler, su característica luego fue imitada por el escuadrón de extermino de perros vagos e hipermercados de ceniza) él ello va tras de mi, tuve que encerrar a mi familia en un sótano y gritar rancheras para que el candado no saltara hacia el infinito. No confié en nadie, tenia que huir, tengo que huir, el micrero poseía un cuchillo en la palanca de cambio y arañas de rincón brotaban de sus oídos. Un amigo me traicionó y le informo de todo al ello, el le puso su mano limpia lleno de anillos gruesos en su hombro, rió, y repitió cuan importante era mi cabeza y dijo que mi ubicación era predecible, abrió la boca un chillido de plumavit sacudió la ciudad, y tentáculos tricotes se alzaron por cada calle como cola de avión botando a ancianas y mujeres con pequeños de sus manos, un tentáculo de humo como guirnalda rompió los adoquines, el cisne se alza y los cangrejos salen de los grifos, el blanco azul y rojo, pequeños caracoles pisados, crujientes revelan sus rubíes diáfanos, así como muelas y uno que otro anillo. Tres tentáculos me golpearon el cuerpo, la piel desapareció, dolor y ojos de nervio, - ¿te acordai de Victor Hurtado? estoy en un sitio oscuros a tientas, tras la sombra, una luz amortece el lugar, huele rancio y la mano se dibuja en figuras azules, flamas de cobre caen, entristecen y se arrijan tras cada movimiento mecánico, al final del pasillo…