martes, 3 de febrero de 2009

Daño Cerebral No 1

"Lamento entrar de este modo, pero, ¿me pueden decir si llegué a Maipú?"
una pareja de clase acomodada se espanta en la cama matrimonial al ver a un joven caer por un conducto de la ventilacion, antes un pasillo estrecho con cortinas plasticas de carniceria, que me prometía, ir de mi comuna a Maipú...
¿por qué Maipú?, una niña que me habia roto el corazón unos días antes vivía allí, tambien es la única comuna de este maldito Santiago que no conosco (junto a Conchalí y Vitacura), y tambien dicen que es rica en tradiciones al igual que Puente alto o Pirque, vaya a saber uno.
Suena el reloj, era mi primer dia de trabajo. en el metro me acuerdo del sueño, y me pregunto la misma estupides. me dan el uniforme y a trabajar. era un restaurant de comida italiana en providencia infestado de cucarachas. era ocho horas de pie preparando comida y a veces ayudando a hacerla. Me prohibieron escuchar música. habia veces en que se me antojaban los beatles, nirvana o el "bandwagonesque" de teenage fanclub, y simplemente los cantaba (un truco que aprendi de ti killen, que cuando la realidad supera hay que cantar, gracias :D ).
Era el unico hombre con cuarto medio de los trabajadores, y la jauria flaite esperaba mucho de mi. para mantenerlos a raya cantaba las letras mas sordidas de los fiskales, eskorbuto o la polla, y me mantenian respeto. habian varios, el deni de 18 años y que será papá en 3 meses más, el franco que llego hasta tercero medio y el "Pocha" que llegó a primero, y mas encima era de Puente alto.
cuando el aburrimiento me ganaba, me ponia en la puerta y veía a las niñas pasar y me acordaba de los de Liverpool. mis compañeras de entrega consistian en un par de mellisas de 22 años, una ya embarazada y ambas en sus hombros el cuidar de su hogar, la supervisora de Maipú (¿premonicion?) y una mujer con un hijo de tres años, que para evitar la meningitis del aburrimiento me contaba todas sus travesias sexuales con sus tres amantes, (incluyendo lujo de detalles) ésta "Henry Miller", me dio un poco de "sanidad" hasta llegar la hora de irme. Atrás, en la parte de copería y cocina, los flaites ponían sus radios regeton y moría lentamente. A veces sonaba "thats what you get" de los Paramore. Paramore salvó mi vida, era la unica musica rock que escuchaba mientras bajaba 10 budineras de lasagna de11 kilos cada una a bodega sin resfalarme, el pino para las empenadas de la proxima semana (sin alusar) o contar 2149 potes de postres en el infernal inventario.
Me iba a mi casa a las 9 en punto, en completo estado de euforia, para llegar y sacar los malditos Paramore en guitarra y devolverme a los beatles... solo un poco....

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